Corría el año 2001, cuando María Isabel Zamora trabajaba en el área de recaudación del servicio de transporte Trolebús, donde observaba con cierta admiración a una compañera conductora de esos “enormes buses”, campo que parecía reservado para el género masculino, un estereotipo retrógrado que cae cada vez más con el pasar del tiempo y el empoderamiento de las mujeres.
Fue entonces cuando María Isabel se animó a hablar en el departamento de recursos humanos para que le den una oportunidad como conductora, pues ya tenía cierta experticia y destreza, debido a que había practicado en un bus interprovincial que conducía su padre.
“Al principio me daba un poco de miedo, pero luego saqué conclusiones de que era más seguro manejar un carro grande”, comenta Isabel, quien nació hace 56 años en el cantón Valencia, provincia de Los Ríos, donde empezó su apego al volante, pues ya manejaba un Jeep Willis cuando apenas tenía 11 años de edad (eran otros tiempos) en vías de segundo orden, para llevarle a su mamá a una finca que poseía la familia.
Y hoy es una de las 11 conductoras del Trolebús, como su colega Nora Paredes, quien trabaja desde 2016 en la Empresa de Transporte de Pasajeros, a quien las casualidades del destino le llevaron a trabajar detrás del volante de manera profesional.
Nora cuenta que inició en la conducción de vehículos pesados por la curiosidad, al pedirle a un compañero de trabajo que le enseñe a manejar un camión en la empresa de alimentación donde ella trabajaba como ayudante de cocina, aunque cabe decir que antes ya tuvo experiencia manejando un taxi, pero no un vehículo grande.
Fue su hijo quien le armó la hoja de vida, resaltando que posee el tipo de licencia indicada, elemento clave que le permitió ser convocada a las pruebas en la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros (EPMTPQ) y posteriormente ser contratada.
Confiesa que le gusta manejar y aún más si es para servir a miles de personas al día movilizándolas, piensa que con eso aporta un “granito de arena” en la dinámica cotidiana de sus pasajeros. “Manejar es mi pasión”, exclama una orgullosa Nora, quiteña de 46 años. “No me gusta trabajar en lugares cerrados como en una oficina, prefiero estar en ruta (…) es una responsabilidad grande llevar pasajeros, quienes confían en nosotros para que los llevemos sanos y a salvo a su parada”, manifiesta.
Nora e Isabel han demostrado su empoderamiento en un área tradicionalmente masculina, ya que ambas visualizaron su trabajo en el campo de la conducción para generar ingresos económicos y mantener a sus hijos.
“Hay usuarios que nos dicen que manejamos mejor que los hombres”, señala Isabel con una amplia sonrisa que denota su orgullo de dedicarse a la noble profesión de la transportación de pasajeros y su sentencia tiene un argumento, pues algunos estudios han demostrado que las mujeres tienden a tener una menor probabilidad de estar involucradas en accidentes automovilísticos en comparación con los hombres.
Así, un estudio realizado por la Universidad de Michigan reveló que los hombres tienen una tasa de accidentes casi el doble que las mujeres, esencialmente por una combinación de factores, como una conducción más cautelosa de las damas del volante y menor propensión a asumir riesgos innecesarios.
En ese sentido, cabe mencionar que la EPMTPQ impulsa el proyecto ‘Mujeres Conductoras’ para los servicios de transporte de la empresa pública, que promueve la inclusión de la mujer en la profesionalización de la transportación, lo cual cambia los conceptos de género, que por décadas han estado vinculados a los hombres.
El proyecto ‘Mujeres Conductoras’ busca brindar oportunidades, como ofrecer nuevas fuentes de ingreso para ellas y su familia, y que además generará un impacto positivo en la cultura organizacional, puesto que fomenta la equidad de género e igualdad de oportunidades.
El Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, busca reflexionar sobre los logros históricos de las mujeres, exigir cambios positivos y visibilizar acciones de mujeres decididas, quienes se desenvuelven en la cotidianidad de las sociedades.
En ese contexto, la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros (EPMTPQ) exalta la labor que cumplen las mujeres vinculadas al campo de la movilización de pasajeros, como las conductoras de trolebuses y buses articulados de la Ecovía, quienes cada día transportan a miles de ciudadanos capitalinos hacia diversos destinos.